Con visión estratégica y constancia, la Dra. Juliana Ortiz, optómetra y emprendedora, ha logrado potenciar el crecimiento de su práctica profesional utilizando Instagram como canal principal de comunicación con sus pacientes. Su caso demuestra que el marketing digital, cuando se aplica con propósito, puede traducirse en resultados concretos en el ámbito de la salud visual.
El punto de partida fue definir un nicho claro de atención, lo que le permitió conectar con un público específico y adaptar su mensaje a sus intereses reales. A partir de ahí, desarrolló una línea de contenido basada en la educación visual, la confianza y la cercanía, elementos fundamentales para diferenciarse en un entorno saturado de información.
Uno de sus aciertos fue entender que en redes sociales no basta con publicar de manera ocasional: la planificación de contenidos se volvió una rutina esencial. Gracias a esta estructura, su perfil ha mantenido visibilidad y coherencia, lo que se ha traducido en un aumento significativo del número de consultas.
La doctora también compartió que algunos de sus videos más exitosos han sido aquellos en los que resuelve dudas comunes de los pacientes o muestra aspectos cotidianos de la consulta. Estos contenidos, además de generar interacción, fortalecen el vínculo entre el profesional y su audiencia digital.
Más allá de la estrategia online, la Dra. Juliana Ortiz subraya que el verdadero éxito radica en mantener la calidad del servicio en el consultorio. Las redes pueden atraer la atención, pero es la experiencia presencial la que consolida la relación a largo plazo.
Su experiencia confirma que, con autenticidad, disciplina y enfoque, es posible hacer del entorno digital una extensión natural del consultorio, abriendo nuevas oportunidades para crecer y conectar desde la optometría.



