La adaptación de lentes de contacto (LC) blandos ha evolucionado significativamente, especialmente tras la pandemia, donde las necesidades visuales de los pacientes demandan mayor comodidad, salud ocular y nitidez visual. Asumir que cualquier lente de hidrogel de silicona garantizará el éxito es un error común. Precisamente, en una reciente sesión del programa IACLE en Franja Visual, el Dr. Guillermo Carrillo entrevistó a la Dra. Jessica Herrera, OD encargada de asuntos profesionales para Centroamérica, Región Andina y el Caribe en Bausch + Lomb, quien compartió “cuatro perlas clínicas” esenciales para una adaptación exitosa de LC blandos, abordando justamente estas nuevas exigencias del paciente y la complejidad de los materiales actuales.


1. El material: la base de la adaptación
La evolución del hidrogel de silicona ha sido crucial. Las primeras generaciones se enfocaron en la permeabilidad al oxígeno, a menudo sacrificando la humectación. Hoy, la tercera generación, como el material Samfilcon A ofrece una humectación intrínseca sin depender de tratamientos externos. El material no es solo un componente; es el cimiento para la comodidad y la salud ocular.
2. Humectabilidad: confort duradero
La humectabilidad del lente es vital para la continuidad del uso. Mientras las generaciones iniciales de hidrogel de silicona requerían tratamientos superficiales, la tercera generación es inherentemente más humectante. Las últimas tecnologías, incorporan sistemas internos que garantizan humectación por más horas, disminuyendo la deposición de lípidos y protegiendo la lágrima natural del paciente.
3. Módulos de elasticidad: la interacción con la superficie ocular
El módulo de elasticidad define la “rigidez” del lente. Un módulo elevado, común en hidrogeles de silicona por su composición de silicón, puede generar complicaciones como córneas aplanadas, lesiones epiteliales o reacciones inflamatorias. Es crucial seleccionar un lente con un módulo adecuado para cada paciente.
4. Aberraciones esféricas: claridad visual superior
La córnea humana presenta aberraciones esféricas fisiológicas que pueden comprometer la calidad óptica. Los lentes asféricos podrían ser la respuesta para mitigar estas aberraciones, mejorando la claridad visual. Un diseño asférico de lente puede corregir en un alto porcentaje estas aberraciones, lo que se traduce en una visión más nítida y de alta calidad. Esto es especialmente beneficioso para pacientes hipermétropes altos.
Más allá de las perlas: la resistencia a los depósitos y el éxito de la adaptación
Además de estas cuatro perlas, la resistencia a los depósitos, especialmente lípidos, es fundamental para el éxito a largo plazo de la adaptación y para mantener la integridad de la superficie ocular.
El verdadero éxito en la adaptación de lentes de contacto va más allá de una buena agudeza visual. Se alcanza cuando el paciente expresa: “veo bien, me siento cómodo y los colores son muy nítidos”.
Reflexiones finales
Como profesionales, se debe recordar que “No existe el lente perfecto, es el lente perfecto para este paciente en particular”. La evaluación clínica individualizada es indispensable para garantizar que cada adaptación no solo corrija la visión, sino que brinde una comodidad y salud ocular óptimas, pilares fundamentales para la retención del paciente en el uso de lentes de contacto.
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