En la operación diaria de un laboratorio óptico, muchos factores saltan a la vista: maquinaria de última generación, tecnología FreeForm, softwares de control y personal capacitado. Sin embargo, existe un elemento clave que, aunque no siempre es visible, tiene un impacto profundo en la productividad, la calidad y la sostenibilidad de cualquier laboratorio: la estabilidad y confiabilidad del proveedor.
Durante un programa transmitido en mayo de Tallando Conceptos, el Dr. Andrés García, CEO de Mr. Lenses, y su colega Camila Alvira, abordaron este tema con contundencia: “Quienes lo han comprendido saben que los tiempos mejoran, el estrés disminuye y la operación se vuelve más tranquila, simplemente por contar con un proveedor en quien realmente se puede confiar”.


Más que un proveedor, un aliado estratégico
Contar con un proveedor que cumpla consistentemente en tiempos, calidad y soporte técnico reduce las fallas, las devoluciones y los reprocesos. “El proveedor debería ser un aliado”, afirma García, señalando que esa relación debe extenderse incluso a estrategias de marketing y crecimiento del laboratorio. La comunicación fluida y la confianza son las bases de una cadena de valor sólida.
Además, la entrega oportuna es crítica: “El cliente siempre quiere el producto para mañana”, advierte. Por eso, algunos laboratorios han optado por modelos de producción rápida en lugar de mantener inventarios extensos, privilegiando la agilidad del proveedor para cubrir la demanda urgente.
Calidad a largo plazo: inversión o gasto
La búsqueda del precio más bajo puede parecer lógica en un entorno competitivo, pero se convierte en una trampa si compromete la calidad. “Nada cuesta 20 centavos de dólar y están esperando tener diamantes en bruto”, critica García al referirse a prácticas comunes en el sector. Camila resume el concepto con claridad: “Lo barato sale caro”.
A largo plazo, trabajar con materiales de calidad reduce el desgaste de las máquinas, prolonga la vida útil de los equipos y evita interrupciones. Un ejemplo claro es el posicionamiento del índice 1.60 (MR8) como alternativa al policarbonato, que “daña más las máquinas y nos tarda más”, señala.
Profesionalización y visión estratégica
En un mercado cada vez más tecnificado, con personal mejor calificado y laboratorios que invierten en control de calidad, el rol del proveedor cobra un nuevo nivel de importancia. No se trata solo de despachar pedidos, sino de acompañar al laboratorio en su evolución.
La elección de un proveedor estable es una decisión estratégica que impacta desde la gestión de inventarios hasta la percepción del cliente final. Como concluyen los entrevistados, la meta no es trabajar más, sino trabajar mejor: “La lealtad y la confianza son los resultados directos de una relación sólida y fiable con los proveedores”.




