
Periodista de Franja Visual
En un país donde la Optometría tiene una gran tradición, con la mayor cantidad de programas del continente, y una labor académica de alto nivel, contar con una Asociación de Facultades de Optometría resulta fundamental, y por eso, desde hace 28 años se creó ASCOFAOP con un trabajo silencioso pero determinante. Sus miembros son los representantes de los programas académicos de Optometría y su incidencia se multiplica en miles de estudiantes que hoy se forman como optómetras en Colombia.
Al frente de la presidencia está el optómetra Andrés Solórzano, quien recuerda que la asociación nació por la necesidad unir esfuerzos para mejorar los programas académicos, entender mejor los estudiantes, apoyar a los docentes, y mantener comunicación con las entidades del Estado involucradas con la educación, “por tanto, la asociación existe para fortalecer el futuro de la Optometría en Colombia”, manifestó.
En lo que se refiere al trabajo con los estudiantes, ASCOAFOP, estimula la investigación a través de los semilleros estudiantiles, para que desde las aulas se trabaje en este importante aspecto y también tengan la oportunidad de presentar sus proyectos ante la comunidad académica y gremial. Más que entrar en temas de asesoría del proyecto de investigación, apoya logísticamente a los estudiantes para socializar sus avances”, afirmó Andrés.
Otro aspecto con los estudiantes es facilitar su integración dentro de los congresos académicos que se realizan en diferentes ciudades y, al mismo tiempo, orientan su participación en la vida profesional.
En cuanto al Ministerio de Educación, ASCOFAOP lo asesora en materia de calificación de competencias, certificación y registro de calidad.
En ese frente, explica Solórzano, “la Asociación asesora al Ministerio en la evaluación de los programas, asegurándose si están actualizados y se ajustan a las necesidades visuales y oculares de la población colombiana. Por ejemplo, tú puedes tener la mejor tecnología que existe en el mercado, sin embargo, la pregunta es ¿cómo estás usando estos equipos para que la población se vea impactada positivamente? Y es muy interesante, porque todos los esfuerzos que realice la institución deben estar enfocados en que ese profesional en preparación sea francamente útil a la sociedad”.
En este objetivo los docentes resultan fundamentales. Es por eso, que la Asociación históricamente ha impulsado la formación de los docentes, y busca compartir experiencias exitosas entre facultades para homogenizar la enseñanza en el nivel más alto. “Para nosotros los docentes son tan importantes que hemos creado un apoyo económico para su formación, distribuida anualmente en cada facultad asociada, estamos hablando de especializaciones, diplomados, etc.”, manifestó Andrés.
“Ahora bien, de la comunicación o el trabajo conjunto con las instituciones, hacemos reuniones periódicas para analizar diferentes aspectos de la vida académica, profesional y del país. Por ejemplo, en un reciente encuentro realizado en Neiva, varios decanos y directores coincidimos o concluimos aspectos importantes sobre la academia: el cambio de la educación y la necesidad de transformar la manera de educar. Hicimos énfasis en trabajar juntos, compartir metodologías y reconocer que la fortaleza no está de manera aislada, sino en el tejido colectivo que representa la Asociación”, comentó Solórzano.
En ese mismo espacio de diálogo, surgieron reflexiones profundas sobre el papel de las facultades en la adaptación a los cambios sociales, tecnológicos y culturales que atraviesa el país, como, por ejemplo, la posible apertura de nuevos programas, la necesidad de fortalecer la investigación aplicada y el reto de formar optómetras con pensamiento crítico en medio de un mundo saturado de información.
“Estamos escuchando por estos días que más de dos instituciones en el país quieren crear facultades de Optometría. Nosotros estamos abiertos a los programas que lleguen ofreciendo calidad y rigor en su formación, porque, además, necesitamos manos de obra de optómetras para cubrir esa cantidad de población que tiene más necesidades visuales, condiciones que superar en Colombia y en América Latina”, concluyó Andrés.
Este interés creciente por abrir nuevos programas también plantea la responsabilidad colectiva de garantizar que esa expansión no sacrifique la calidad ni el compromiso ético con la salud visual. Por eso, más allá de la apertura misma, el foco debe estar en consolidar una comunidad académica sólida, que comparta estándares de formación, principios de servicio y una visión común sobre el rol del optómetra en la transformación social.
En ese marco, el trabajo articulado de ASCOFAOP a 28 años de distancia, confirma que la unión de las facultades sigue siendo el mejor camino para responder a las demandas de la salud visual en Colombia y proyectar la academia hacia América Latina.
Para cerrar, queremos agradecer y reconocer el trabajo de quienes han pasado por la Asociación y han permitido a los optómetras ejercer en un ambiente académico más sólido, con mejores oportunidades de formación y con un respaldo colectivo que trasciende las aulas.




