Durante el programa “Tallando Conceptos”, Joel Almonte, —experto con experiencia en la instalación y operación de maquinaria— y el director del programa y el ingeniero Julio Jinesta, abordaron el proceso de adquirir e implementar máquinas de tratamiento antirreflejo (AR) por primera La conversación exploró, de forma exhaustiva, los aspectos técnicos, logísticos y financieros de esta inversión, desde la preparación del lugar hasta la correcta selección de consumibles.
¿Qué es el tratamiento antirreflejo y por qué es crucial?
El tratamiento antirreflejo consiste en un conjunto de capas microscópicas aplicadas sobre un lente con un objetivo principal: maximizar la transmisión de luz que pasa a través de ella y disminuir los reflejos molestos. Para el usuario, esto se traduce en una visión más nítida, menos fatiga visual y una apariencia más estética, ya que sus ojos son claramente visibles detrás de las lentes.
Más allá de la óptica pura, los tratamientos modernos incorporan beneficios adicionales que el cliente valora enormemente, como superficies que facilitan la limpieza y ofrecen mayor protección. Para un laboratorio, decidir implementar su propio proceso de AR es una inversión significativa y un salto cualitativo. No se trata solo de comprar una máquina, sino de planificar y construir un ecosistema completo que garantice resultados consistentes y de alta calidad.
Y esa planificación no empieza con la maquinaria, sino con el lienzo sobre el cual se pinta la obra maestra: el propio lente.
El cimiento del éxito: la preparación previa del lente
Como aresume Joel Almonte, “el antirreflejo es tan bueno como a lo que se está adhiriendo”. Esta frase resume la importancia crítica de la preparación. Antes de que un lente pueda siquiera entrar al cuarto de AR, debe cumplir con tres prerrequisitos indispensables. Ignorar cualquiera de ellos es la receta para el fracaso.
• Calidad de las bases: el punto de partida es el lente semiterminado. Una base defectuosa significa que todos los procesos posteriores —la aplicación de la capa antirrayas, las múltiples capas del tratamiento AR y la capa hidrofóbica— junto con el valioso tiempo de máquina, se desperdiciarán por completo. Es el punto de mayor apalancamiento para prevenir fallos costosos y garantiza que la inversión en cada paso posterior se construya sobre una base sólida.
• Capa antirrayas (hard coat): esta capa es obligatoria para que el tratamiento AR se adhiera correctamente a lentes de resina como el CR39. Aplicar un AR directamente sobre una lente de resina sin antirrayas es un error grave que provoca la deslaminación (cuando el tratamiento “se pela”). Este es uno de los fallos más frustrantes para el cliente final y la principal causa de pérdida de confianza en el tratamiento.
• Proceso de bloqueado: los materiales utilizados para sujetar la lente durante el proceso de tallado, ya sea cera o una aleación metálica (aloy), influyen en los pasos posteriores. Es crucial entender cómo interactúan estos materiales con los procesos de limpieza y preparación para evitar problemas de adherencia en el futuro.
Con una lente de calidad asegurada, nuestro siguiente paso es construir el santuario donde se llevará a cabo la transformación: el cuarto de AR.
El entorno controlado: requisitos del cuarto de antirreflejo
Aunque no se necesita un cuarto limpio de grado semiconductor (“clase 10,000”), el proceso de AR sí exige un ambiente controlado y meticulosamente limpio. El concepto clave aquí es la presión positiva.
En términos sencillos, esto significa que el sistema de ventilación del cuarto debe generar más volumen de aire dentro del espacio del que se genera fuera. ¿El resultado? El aire siempre empuja hacia afuera, impidiendo que partículas de polvo y otros contaminantes del exterior puedan entrar cuando se abre la puerta.
Además, es vital evitar materiales dentro del cuarto que desprendan polvillo de forma natural, ya que estas partículas pueden asentarse sobre las lentes y causar defectos visibles en el tratamiento final, como pequeños puntos o imperfecciones.
Una vez que nuestro santuario está limpio y protegido, es hora de instalar las arterias vitales que le darán energía: la infraestructura técnica.
La infraestructura oculta: lo que necesitas antes de encender la máquina
Instalar una máquina de AR es mucho más complejo que simplemente conectarla a un enchufe. Un laboratorio debe verificar y preparar una infraestructura técnica robusta. No hacerlo puede resultar en meses de retraso con una máquina costosa acumulando polvo.
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Requerimiento Técnico |
Descripción y Consideraciones Clave |
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Energía Eléctrica |
La gran mayoría de las máquinas de AR son trifásicas y tienen un requerimiento de potencia específico, medido en KVA. Es un error común asumir que la potencia total contratada para el edificio es suficiente. Se debe consultar con un electricista certificado para asegurar que la distribución interna pueda soportar la carga de la máquina, lo que a veces implica instalar transformadores adicionales. |
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Gases de Proceso |
Los dos gases principales son el argón y el oxígeno. Deben tener un grado de pureza extremadamente alto (ej. 99.999%). El oxígeno se utiliza para la reacción química de oxidar los materiales dentro de la cámara, y es crucial entender que no es el mismo que el oxígeno de uso médico. |
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Aire Comprimido |
El aire comprimido utilizado en los procesos periféricos debe ser seco. La humedad en el aire puede contaminar la arenilla del arenador, que a su vez contamina los escudos metálicos. Cuando estos escudos húmedos entran a la cámara, introducen humedad, alargando los tiempos de proceso y pudiendo causar deslaminación. |
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Plomería |
Se necesitan sistemas de drenaje adecuados, especialmente para los equipos de apoyo como las lavadoras por ultrasonido que utilizan detergentes y agua en sus ciclos de limpieza. |
Con la infraestructura robusta en su lugar, podemos ahora dirigir nuestra atención a los instrumentos de apoyo, los héroes anónimos que garantizan que el proceso principal se ejecute a la perfección.
El sistema de apoyo: equipos periféricos esenciales
Un tratamiento AR de alta calidad es el resultado de un sistema donde cada componente juega un papel crucial. La máquina principal es el corazón, pero los equipos periféricos son los órganos vitales que aseguran su correcto funcionamiento.}
Lavadora por ultrasonido
Su función es realizar una limpieza profunda y final de la lente para eliminar cualquier partícula residual del proceso de tallado antes de que ingrese a la cámara de vacío. Omitir este paso de forma rutinaria es un error grave.
Advertencia del experto: Aunque un técnico muy experimentado podría omitir este paso en una emergencia controlada, para un laboratorio con operarios “definitivamente no se salten el lavado”.
El horno de desgasificación
Su propósito no es “cocinar” la lente, sino desgasificarla: eliminar la humedad atrapada en la resina de manera lenta y controlada. Los parámetros correctos son 90 minutos a una temperatura de 55-60°C. Caer en la tentación de usar temperaturas más altas para “acelerar” el proceso es un error catastrófico, especialmente con lentes de alto índice, ya que puede causar el famoso efecto de “telaraña” (conocido en la industria como crazing), dañando la lente de forma irreparable.
El Polycold (unidad de refrigeración)
El Polycold es un sistema de refrigeración que enfría una serpentina dentro de la cámara a temperaturas extremadamente bajas (hasta -150°C). Su función es congelar las moléculas de agua residuales que quedan en la cámara. Esto tiene dos beneficios clave:
Acelera drásticamente el tiempo necesario para alcanzar el nivel de vacío requerido para iniciar el proceso.
Mejora la calidad y consistencia del tratamiento al crear un ambiente más puro y libre de moléculas de agua.
Consejo clave: para máquinas de tamaño industrial (42 lentes o más), el Polycold no es opcional, es indispensable. Operar sin él resultará en tiempos de proceso extremadamente largos, inconsistentes y frustrantes.
El arenador (Sandblaster)
Este equipo se utiliza para limpiar los escudos (las placas metálicas que protegen el interior de la cámara de la acumulación de material). Una mala práctica común es ubicarlo en un área húmeda y descuidada del laboratorio. Esto es un error, ya que la humedad del aire afecta la arenilla, la cual se transfiere a los escudos y, finalmente, introduce humedad no deseada dentro de la cámara, alargando los ciclos.
Mesa de flujo laminar
Esta es una mesa de trabajo especializada que genera una corriente constante de aire filtrado hacia afuera. En esencia, es un sistema de presión positiva a microescala. Su propósito es crear un área de trabajo completamente libre de polvo. Es el último punto de control para evitar que una partícula se asiente en la superficie del lente justo antes de ser cargada en el domo para su tratamiento.
Con toda nuestra maquinaria calibrada y lista, es momento de hablar del combustible que alimenta la reacción: los materiales y consumibles.
El combustible del proceso: materiales y consumibles
La calidad de los materiales consumibles es tan importante como la maquinaria. Utilizar insumos de baja calidad es como intentar cocinar una receta de alta cocina con ingredientes en mal estado; el resultado será inevitablemente deficiente.
• Materiales de evaporación: estos son los óxidos y metales que se evaporan para formar las capas del tratamiento. Es fundamental contar con un proveedor confiable que no solo garantice la pureza del material, sino que también ofrezca soporte técnico para resolver problemas.
• Pastillas hidrofóbicas: estas pastillas, que crean la capa final repelente al agua y la grasa, se degradan con el tiempo y la exposición al ambiente. Para preservar su rendimiento, deben mantenerse refrigeradas (no congeladas) en una nevera pequeña y dedicada exclusivamente para este fin.
• Cristales de cuarzo: estos pequeños discos recubiertos de oro son sensores de alta precisión. Su función es medir el espesor de cada capa que se deposita en la lente. Lo hacen detectando cambios minúsculos en la resistencia eléctrica a medida que el material se acumula sobre ellos. Intentar reutilizar un cristal gastado para ahorrar dinero es un “ahorro de centavos que cuesta dólares”. Un sensor desgastado medirá incorrectamente, provocando que las capas tengan un espesor erróneo, lo que se traduce en colores incorrectos y un tratamiento completamente defectuoso.
Conclusión
Implementar un proceso de tratamiento antirreflejo es mucho más que comprar una máquina. El éxito depende de un sistema integral donde cada elemento funciona en armonía. Los pilares fundamentales son: una preparación impecable de la lente, un entorno y una infraestructura adecuados, un sistema de equipos periféricos bien mantenido y el uso de consumibles de alta calidad.
Aunque el camino es exigente y requiere una planificación meticulosa, dominar este proceso representa un salto evolutivo para cualquier laboratorio óptico. Es la clave para ofrecer un servicio de excelencia, un valor añadido incalculable para el cliente y, en última instancia, una mejor visión para la sociedad. ¡Anímate a dar el salto!



