La presbicia representa uno de los mayores retos clínicos en la práctica diaria, no solo por su progresión fisiológica, sino también por las exigencias visuales del paciente présbita moderno. En el programa IACLE “Lentes multifocales: el antes y el ahora”, el Dr. Guillermo Carrillo (director) y la Dra. Verónica Rodríguez abordaron los avances históricos, las opciones actuales y las consideraciones clínicas clave para lograr adaptaciones exitosas en esta población.
Un paciente présbita más activo y demandante
La presbicia, entendida como la pérdida progresiva de la amplitud de acomodación, suele manifestarse a partir de los 40 años con una disminución estimada de 0.3 dioptrías anuales, hasta alcanzar una pérdida funcional casi total entre los 50 y 55 años. Sin embargo, a diferencia de generaciones anteriores, los pacientes actuales entre 50 y 60 años continúan con actividades productivas, físicas e incluso académicas. Esto obliga al profesional a ofrecer soluciones visuales que garanticen desempeño a todas las distancias.
Claves anatómicas para una adaptación exitosa
Entre los factores más relevantes para la adaptación de lentes de contacto multifocales destacan el tamaño y la excentricidad pupilar, así como la comprensión de la triada de acomodación: miosis, convergencia y acomodación del cristalino. El diámetro pupilar, que varía según la edad y el error refractivo, influye directamente en la efectividad del diseño óptico. Asimismo, la posición no central de muchas pupilas puede comprometer el rendimiento visual si no se considera en la selección del lente.
De la monovisión a la personalización óptica
Aunque la monovisión sigue siendo utilizada, ha dejado de ser la primera opción debido a la pérdida de estereopsis y visión binocular. Alternativas como la monovisión modificada ofrecen transiciones más suaves, pero siguen implicando compromisos visuales. En cambio, los lentes blandos multifocales han ganado protagonismo en los últimos años, al permitir visión simultánea en distintas distancias sin sacrificar binocularidad. A estos se suman los lentes mini-esclerales multifocales, que representan una de las innovaciones más destacadas por su capacidad de corregir astigmatismos significativos, mejorar la resequedad ocular y permitir un centrado óptico personalizado.
Una evolución de diseño constante
Desde los primeros intentos en 1936 hasta los diseños biasféricos y personalizados actuales, la historia de los lentes multifocales ha sido de prueba, error e innovación. Modelos con anillos concéntricos, ópticas asféricas, centro-cerca o centro-distancia y diseños ajustados al diámetro pupilar han ampliado la gama de opciones disponibles, haciendo posible una mejor adaptación a las necesidades individuales del paciente.
Mini-esclerales: promesa clínica en expansión
Estos lentes no solo resuelven limitaciones ópticas sino también fisiológicas. Su capacidad de descentrar la zona óptica, adaptarse a córneas con mayor variabilidad y actuar como barrera terapéutica frente al ojo seco, los posiciona como una herramienta de alto valor en presbitas con necesidades complejas. Frente a los lentes blandos, los mini-esclerales ofrecen un rango más amplio de curvas base, mejor manejo de astigmatismo y mayor posibilidad de personalización.
Barreras para el éxito: más allá del diseño
A pesar de los avances tecnológicos, muchos profesionales siguen sin considerar los multifocales como primera opción. Las causas incluyen malas experiencias previas, temor clínico, ojo seco en pacientes mayores o expectativas no manejadas con claridad. En el caso de los lentes multifocales tóricos, el reto se duplica por la necesidad de estabilizar tanto la adición como el eje.
Recomendaciones para una adaptación efectiva
Ante el envejecimiento poblacional global, la demanda de soluciones presbíticas crecerá sostenidamente. Por ello, se recomienda:
- Evaluación individualizada: considerando errores refractivos, diámetro y centrado pupilar, características corneales y expectativas visuales.
- Comunicación clara con el paciente: sobre lo que puede y no puede esperar del lente.
- Formación continua del profesional: para superar sesgos basados en experiencias pasadas y aprovechar las herramientas actuales.
La corrección de la presbicia con lentes de contacto multifocales continúa evolucionando, y hoy más que nunca exige una aproximación clínica basada en el conocimiento anatómico, la selección del diseño adecuado y el acompañamiento profesional cercano. La visión simultánea binocular, antes vista como un lujo, es ahora una meta alcanzable cuando se combinan experiencia clínica y tecnología óptica avanzada.
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