En el universo de la moda, hay accesorios que adornan y otros que definen. Las gafas pertenecen a esta segunda categoría. Más allá de su función óptica, se han convertido en una extensión de la identidad, en un elemento que comunica tanto, como la voz o la mirada. No es casualidad que, en los últimos años, las monturas se hayan posicionado como uno de los productos más codiciados de la industria fashion. Según (Fine homes and living , 2024), “hoy en día, las gafas han evolucionado mucho más allá de su origen práctico como herramienta para corregir la visión. Ahora son uno de los accesorios más esenciales para expresar el estilo personal y marcar tendencia”. (1)
Es así, como las gafas graduadas ya no se esconden: se exhiben. En un giro cultural profundo, lo que antes se asociaba con corrección o necesidad médica se transformó en símbolo de autenticidad, confianza y sofisticación. Como señala (SARTORIAL MAGAZINE, 2024) , “Uno de los clichés principales en los medios a mediados de la década del 2000 era el de la chica que necesitaba quitarse las gafas para darse cuenta de que siempre era guapa, lo que no contribuía a esta idea. Esto reforzaba la idea de que las gafas hacían “feas” a las chicas, lo cual es curioso, ya que este estándar no se aplicaba a los hombres. Sin embargo, últimamente, cada vez más personas aceptan sus gafas. Por fin, la gente luce sus monturas coloridas y con formas originales”. (2) Este cambio se alimenta de una idea poderosa: ver bien y verse bien son, hoy, dos formas inseparables de bienestar y expresión.
Y es que, el uso de gafas tiene grandes raíces históricas en civilizaciones antiguas. De acuerdo con Fine Magazine, “las primeras formas de protección ocular eran rudimentarias y funcionales. Por ejemplo, los inuit fabricaban gafas de nieve con hueso para protegerse los ojos de la luz solar que se reflejaba en la nieve”, (1) y no fue sino “hasta el siglo XX que las gafas se convirtieron en un accesorio de moda selecto en una transformación mayor”. (1)
Foto tomada de: https://www.elciudadano.com/wp-content/uploads/2022/01/gafas-de-sol-1.jpg
Las monturas también cuentan historias. Cada forma, material o color transmite una narrativa distinta: unas gafas redondas evocan intelecto y creatividad; unas cat-eye, elegancia y determinación; unas cuadradas, autoridad y precisión. No se trata solo de moda, sino de psicología del estilo, por eso, muchas personas poseen más de un par, como si fueran distintos personajes de sí mismas. (FASHION JOURNAL, 2025) lo resume así: “Sí, aprender que necesitas llevar lentillas o gafas permanentemente puede ser complicado a la hora de combinarlo con tu ropa, pero cuando empiezas a considerar las posibilidades estilísticas , el reto se transforma en entusiasmo”. (3)
Esta apropiación estética también responde a una democratización del diseño, debido a que las gafas ya no pertenecen solo al terreno del lujo o la necesidad médica, sino se ubican en el corazón del consumo aspiracional. (The Journal Record, 2025) analiza esta transformación y concluye que “Combinando funcionalidad y estética, la industria de las gafas está evolucionando para adaptarse a las nuevas tendencias de la moda y a las demandas de los consumidores que señalan que lo “geek” es el “nuevo chic”. (4)
En las ópticas, este cambio de paradigma se traduce en un nuevo rol profesional: el asesor visual debe ser también un intérprete de estilo. Ya no basta con entregar la fórmula correcta; se trata de ayudar al paciente a encontrar una montura que lo represente. Un modelo discreto en metal puede reforzar una imagen ejecutiva; una montura gruesa en acetato oscuro puede comunicar seguridad; una transparente o color pastel puede transmitir cercanía. En otras palabras, cada elección estética tiene un impacto emocional y social.
Esta evolución también redefine el concepto de lujo. En la era de la personalización, lo verdaderamente exclusivo no es lo costoso, sino lo auténtico. Las monturas hechas a mano, los acetatos con vetas naturales, los puentes moldeados a la medida o los tonos escogidos según la piel y el carácter del usuario devuelven a las gafas su valor artesanal.
Es así, como las gafas son, quizás, el accesorio más íntimo porque habitan el rostro, el espacio más expresivo del ser humano. Ninguna prenda se encuentra tan cerca de la mirada, de la emoción, del gesto. Por eso, cuando alguien elige un par de monturas, está eligiendo mucho más que un objeto: elige cómo quiere ser visto. Y esa decisión, aunque parezca pequeña, moldea la percepción de quienes lo rodean.
Referencias
Chawla, S. (29 de Noviembre de 2024). Fine homes and living . Obtenido de FINE magazine: https://www.finehomesandliving.com/fashion/how-eyewear-impacts-personal-style-and-fashion-statements/article_a097dc9e-ae70-11ef-bdb6-d72d1eb77630.html?utm_source=chatgpt.com
Finke, A. (13 de Julio de 2024). SARTORIAL MAGAZINE. Obtenido de SARTORIAL MAGAZINE: https://sartorialmagazine.com/fashion-1/2024/7/13/glasses-becoming-an-accessory?utm_source=chatgpt.com
Burke, C. (03 de Febrero de 2025). FASHION JOURNAL. Obtenido de FASHION JOURNAL: https://fashionjournal.com.au/fashion/glasses-capsule-wardrobe-specsavers/?utm_source=chatgpt.com
Stojan, J. (25 de Marzo de 2025). The Journal Record. Obtenido de Journal Record: https://journalrecord.com/2025/03/25/function-meets-fashion-how-eyeglasses-have-become-a-statement-accessory/?utm_source=chatgpt.com
