Vivimos en un mundo que cambia constantemente y la moda es un sector que se transforma conforme a estos cambios. Hace unos años usar anteojos no era tan atractivo como hoy en día, que resulta casi “envidiable” tener lentes formulados. Los anteojos se han convertido en un accesorio que aporta estilo, hace parte importante del look y otorga identidad a quien lo lleva.
Antes lo que era utilizado solamente para corregir una deficiencia visual, ahora hace parte del interés diario y de un estilo de vida. Cada mañana solemos elegir la cartera, los zapatos, el cinturón o las joyas que van mejor para complementar el outfit de ese día y los diferenciamos según la actividad que tengamos por realizar, pues actualmente, los anteojos son un plus con el poder de combinarlos cada día.
Usar más de una montura en la semana es un gran beneficio para el paciente, ya que en muchas ocasiones no es solo un lujo sino una inteligente decisión. Además de corregir los defectos visuales y aportar estilo, se puede alternar su uso para diferentes actividades como el trabajo en computador, protección solar, deporte, conducción, relajar la visión, entre otros. Es así como desde el consultorio y la óptica esto se traduce en una excelente oportunidad de presentarle a los pacientes la solución que necesitan a sus problemas visuales, incluso algunos que probablemente aún no han descubierto. Pongan de moda el segundo par, no solo por cambiar de look, sino también por darle mejor vida a los ojos de quienes los visitan.
Esta oportunidad bien tratada es un cliente fijo que queda inmediatamente fidelizado, votemos porque se pongan de moda los asesores que sí asesoran, parece redundante pero no lo es, hay lugares que visitamos y la atención es mínima, lo estrictamente necesario, la moda invita a salir de las reglas y los paradigmas, y el estilo es aquel que queda para hacer un juego diario, optemos por encontrar el de cada paciente, y, aunque parezca difícil, basta con una conversación clave donde se pueda abstraer datos como, en qué trabaja, cuales son sus hobbies, si practica algún deporte, cuantas horas estudia o trabaja, qué hace los fines de semana, cómo se viste diariamente según las actividades que realiza, qué colores le gustan, qué tan clásico o fashionista puede ser. Sabiendo esto se conoce más a fondo cada personalidad y podrá hacer una asesoría optima en la creación o aporte de identidad al paciente
Que se ponga de moda el segundo, el tercero, el cuarto y hasta el quinto par, optemos por esta campaña en cada óptica y cada consultorio, aportemos color, variedad de estilos, mostremos como variar de un estilo sobrio y serio para un día laboral frente al computador a unos lentes tintados de montura vintage para el fin de semana. Que nuestros pacientes estén siempre cómodos, luciendo su mejor estilo y mejorando su salud visual.
Estefanía Mejía Salazar
Comunicadora Social y Periodista
Marketing de Moda en LCI Bogotá.
