
Si retrocedemos en el tiempo, incluso antes de la pandemia por COVID-19, al menos, los últimos tres o cuatro años, podemos ver que a través de diferentes métodos de comunicación, presencial, virtual, escrito, etc.… se ha incrementado significativamente el hablar acerca de miopía y todo lo relacionado con esta gran problemática: el incremento en la prevalencia de miopía en los próximos años, el riesgo de complicaciones por la miopía en la salud ocular pudiendo llegar a causar un severo impedimento visual o incluso la ceguera en la edad adulta y no solo en pacientes con alta miopía, aunque sabemos que son los que tienen una mayor probabilidad, la importancia de tratar hoy la miopía en la población pediátrica, las muchas opciones que tenemos ya disponibles para este tratamiento con el fin de ralentizar su progresión, las herramientas que se tienen tanto para el diagnóstico como para el seguimiento de la evolución de los pacientes, las herramientas que nos facilitan la comunicación con los padres de los niños miopes, etc., aun así he observado que nosotros como profesionales de la salud visual no hemos avanzado en atacar este problema de manera inmediata.
Si bien es cierto que hay gran interés por este tema y lo hemos comprobado precisamente en el nivel de asistencia a los diferentes cursos, conferencias, webinars donde se tocan todos los aspectos actuales del manejo de miopía, creo que todo queda en lo teórico y creo no equivocarme, que son muy pocos, una mínima cantidad de colegas que después de tener esta información realmente toman conciencia de la importancia del manejo de miopía y la implementan en su práctica clínica bien sea con el diagnóstico, evaluación de opciones y tratamiento o con el diagnóstico y remisión si es que por alguna razón no se involucra con tratar al paciente, ¡¡¡eso está muy bien!!! Hay acción, hay responsabilidad, hay conciencia.
Pero las preguntas son: ¿Qué pasa con el resto de quienes nos dedicamos a esta noble profesión y todavía no hacemos lo correcto cuando tenemos enfrente un niño miope? ¿Qué falta? ¿Qué los detiene? ¿Por qué no toman acción? Es falta de información, falta de credibilidad, más cursos, más talleres, otras opciones de tratamiento… no lo sé realmente.
Lo que si se es que debemos seguir en esta lucha contra el incremento de la prevalencia de la miopía en el mundo, por supuesto que hagamos lo que hagamos no vamos a poder disminuir este crecimiento, pero, el hecho de actuar de manera oportuna estamos ofreciendo a nuestros pacientes pediátricos poder disminuir el riesgo de complicaciones severas de forma significativa en la edad adulta y que tengan un mejor pronóstico visual y calidad de vida. Los invito a que sigamos trabajando para mejorar la vida de nuestros niños miopes.




